Para poder pensar de una manera más adaptada a la realidad, debemos aprender a transformar los pensamientos irracionales en pensamientos racionales. De esta forma seremos capaces de tener un gran c…
Origen: No sabemos pensar
14 Miércoles Dic 2016
Posted Sin categoría
inPara poder pensar de una manera más adaptada a la realidad, debemos aprender a transformar los pensamientos irracionales en pensamientos racionales. De esta forma seremos capaces de tener un gran c…
Origen: No sabemos pensar
21 Sábado Sep 2019
Etiquetas
Un sesgo de pensamiento o sesgo cognitivo es una interpretación errónea e ilógica de la información disponible, al dar demasiada importancia o muy poca a algunos aspectos. Este efecto psicológico produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí.
Estos errores no son consecuencia de que nuestro cerebro funcione mal. Al contrario: no podemos analizar todos los datos a nuestro alcance por lo que procesamos la información mediante intuición, prueba y error, y otros métodos informales (heurística).
La existencia de sesgos cognitivos surge como necesidad evolutiva para la emisión inmediata de juicios que utiliza nuestro cerebro para asumir una posición rápida ante ciertos estímulos, problemas o situaciones, que debido a la incapacidad de procesar toda la información disponible se filtra de forma selectiva o subjetiva.
Si bien nos pueden conducir a errores que pueden ser graves, en determinados contextos, en los que necesitamos una actuación rápida, conducen a acciones más eficaces o permiten adoptar decisiones más rápidas cuando la inmediatez es el mayor valor. Pero, por el contrario, en situaciones en las que se necesita un razonamiento más profundo, los sesgos pueden dificultar o errar el procesamiento de la información. Estos atajos mentales suelen ayudarnos a pensar más rápido. Pero nos perjudican cuando necesitamos pensar más lento.
El sesgo por excelencia en política es el sesgo de confirmación: solo escuchamos lo que queremos escuchar. Aceptamos sin más las pruebas que apoyan nuestras ideas mientras que nos mostramos escépticos con las que son contrarias, considerándolas parciales o interesadas. Reaccionamos de forma emocional a datos conflictivos y después racionalizamos por qué nos gustan o no.
Otro sesgo muy dado en política es la correlación ilusoria. Es la tendencia a asumir que hay relación entre dos variables, aunque no haya datos que lo confirmen, como por ejemplo en el caso de los estereotipos. La falacia post hoc, ergo propter hoc asume que esta relación es causal por el hecho de que una variable suceda detrás de la otra, como si el canto del gallo provocara la salida del sol.
A continuación, os dejamos un enlace donde podréis encontrar los 15 sesgos de pensamientos más comunes que cometemos las personas al procesar la información.
https://fatimasf85.blog//?s=no+sabemos+pensar&search=Ir Sigue leyendo
05 Viernes Feb 2016
Etiquetas
#cerebro, #ClinicaRenacer, #ClinicaSupera, #emociones, #neurociencia, #realidad, blog de psicología, engaño, psicoterapia
Neurocientíficos y experto en inteligencia artificial nos dan la clave sobre los engaños del cerebro, las emociones y la toma de decisiones.
Desde los años 90, se ha producido un interés creciente en el análisis de la realidad como una simulación de nuestro cerebro y en los problemas que los humanos resolvemos de manera subconsciente, como por ejemplo, reconocer caras, traducir un idioma o conducir un automóvil.
Podemos conducir, llegar casa y no sé saber como hemos llegado. Muchas veces nos vemos como sujetos pasivos, pero nuestra visión siempre es dinámica y activa, el cerebro siempre está buscando información y con los pocos aspectos que percibe completa la información.
Otra particularidad de nuestra manera de acercarnos al mundo es que aunque nos guste pensar que somos seres racionales, las decisiones nunca se toman después de un análisis frío de los datos. Durante mucho tiempo se consideró que para tomar una decisión racional debíamos dejar las emociones de lado. Hoy sabemos que las emociones y la razón trabajan en tándem en la toma de decisiones.
Existe una realidad ahí fuera, nosotros no interactuamos con ella. La única realidad con la que convivimos de verdad es una simulación creada por nuestro cerebro que a veces coincide con lo real y a veces no.
Un grupo de investigadores de Oxford ha encontrado una correlación entre la capacidad de engaño táctico de una especie y su capacidad cerebral. Sin un modelo mental del otro y un conocimiento de la diferencia entre la verdad y la mentira, no se puede llegar al engaño, y para ello es fundamental una buena ejecución de las funciones mentales.
De la misma manera que el cerebro nos “engaña” al proporcionarnos solo una parte de la información, o la parte que nosotros queremos o estamos acostumbrados a percibir, también nosotros podemos “engañar” a nuestro cerebro.
Numerosos estudios han demostrado la capacidad de las conductas para modificar la actividad cerebral, aumentando o disminuyendo neurotransmisores, y en general demostrando el poder que tenemos sobre él. A través de la propiocepción, sistema de comunicación de doble sentido entre el cerebro y el cuerpo, mediante nuestro comportamiento podemos “engañar” al cerebro para beneficio nuestro y de nuestra actividad.
Esta teoría de la retroalimentación facial ya la apuntó el mismo padre de la evolución, Charles Darwin, constatando que incluso la simulación de una emoción podía provocarla realmente en nuestra mente.
En una investigación reciente publicada en US National Library of Medicine National Institutes of Health, los participantes debían sostener durante un rato un lápiz con la boca de forma que se les dibujara una falsa sonrisa. Al terminar, la mayoría confirmó que les había mejorado el humor. También existe el efecto contrario.
Un reciente estudio demostró que la gente que se inyecta Botox en las patas de gallo y pierde la capacidad de sonreír con naturalidad tiene más tendencia a deprimirse. Esto nos muestra la capacidad que tenemos para moldear nuestro entorno y la información que nos procesa nuestro cerebro, lo que es evidente es que nuestras creencias no están hechas de realidades, sino más bien es nuestra realidad la que está hecha de nuestras creencias.
Lo más alto de la inteligencia es la mentira, porque para mentir he de tener un modelo mental del otro.
Publicado por Centro Sanitario de Psicología Renacer | Filed under Psicología